domingo, 8 de marzo de 2009


Oh vampirica dama

has bebido mi sangre

y me has dado el oscuro don de ser siempre tuyo

me has dado la necesidad de beber de tu alma

alimentas mis pesares, te los llevas y les das maquinal sentido

acallas las voces del pasado y ahuyentas la desgracia

detienes mi marcha en el satirico cortejo funebre

donde los payasos rien y la musica suena

las lagrimas son de cera y las risas son de algodon de azucar

y adelante, encabezando el paso

va el muerto, con el ataud destapado mostrando su sonriente cara.
Ahora tras poder ver el oasis que eres en este tiempo

me das el aura divina y vuelves este infierno terrenal en paraiso etereo

Te adoro diosa-musa, te adoro mi delicada Artemisa.

El espacio crepuscular de nuestras separaciones llena mis noches

alimentando el deseo de acompañar al aroma que te precede y que dejas al pasar

La sensación de saber que después te tendré lejos

solo sintiendo las vibraciones de tu voz

quemando los vacíos existenciales que me deja el añorar nuestros encuentros

y la espera con la que me envuelves

estas vanalidades enloquecen mis sentidos

haciendo que piense en alguna forma de no aburrirte

en que palabras usar o en que sentimientos expresar

pero al tenerte frente a mi, olvido lo repasado

la complicada cátedra, y me entrego a ser quien pueda junto a ti

solo soy el extraño que tiene la necesidad de verte

de tocarte

de saber que aun existes en este plano del universo.

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