Mi tristeza hoy es justificada.
Mis penas y sentimientos me han llevado a toda vela al final del rio, en donde la tierra desemboca en el hermoso mar de los misterios del dolor en el corazon humano.
No es tristeza mia ni tuya, talvez de los que vivimos bajo ese cielo estrellado con una luna por norte, talvez, a pesar de todo, los recuerdos nos abandonan y se olvida de los poetas la realidad unica e inalterable.
Soñadores atados a las velas del bote, sus cuerpos ondean con el viento, mientras las sonrisas y los juegos con las gaviotas entretienen al olvido y se acomodan en sus cabellos.
Salvaguardando los ensueños y las mañanas soporiferas, acostumbrado a no querer ver el mundo de verdad, me doy cuenta que aun en las charcas enlodadas hay flores, que siguen en sus rincones escondidos cantando los pajarillos sin orquesta. Aun, en las finas laminas de mi pared, se esconde en algun lado el dibujo de su mano...
Cobarde me declaro.
Hace 11 años

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