Tras haber estudiado tu anatomía
a intervalos de intimidad
me doy cuenta que
antes de empezar la retrospectiva
la maravillosa estación veraniega
anclada a la lucida investigación
de la castigada relativa
y amorosa descalza
y hermosa
diosa de la frívola
desapasionada pasión pasional
toma esta
escueta entrega de toxica estéril
estación de espacios espaciados en el espacio exterior
estalla en casa de una casadera
que ya esta casada con el leñador del desierto de Atacama
y mientras la trompeta de Armstrong
me alcanza de entre el resto de discursos inútiles
logra
entre otras cosas
hacer que mis castillos en el aire
se conviertan en espuma marina
los casquillos de las balas suplementarias
reboten contra mi cara aun calientes
Tras culminar el cuerpo de la carta, se escribe en la primera parte de la hoja un saludo, se dobla el sobre, se guarda en una caja de terciopelo, se coloca la estampilla en la pared, se enciende una vela, y se quema completamente el papel escrito. Esa es la forma en la que se termina con una falsa esperanza y se da a luz una nueva idea.
Al final del preciado alegreto que compuse para ti, a gusto de buscar entre las sombras una flama conspicua, me acuerdo, sin olvidarme del resto, de la querella con ese simpatizante de mis sentidos, ese que algún día paso por aquí y ya no esta, con la superior algazara que movilizaba los sentimientos a planos más...humanos...
Tras influenciar a un ave a cantar, me retiro entre la gente, y me siento en una vereda lejana, a leer un poco a Wilde.
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