Sintiendo que todo es mentira, me enredo entre los anillos que desenvuelven el tiempo, muero entre matorrales y rosales perdiendome a merced del camino que me envuelve. Angustia incomparable, me arodillo frente a la idea vaga y vacia de volver a ver aquella luz que ahora solo es una vaga remembranza del pasado. Cierro mis ideas y las envuelvo en un pañuelo con aceite, las arrojo al fuego para que en un segundo tiempo se cancelen las voluntades y las añoranzas, y se pueda ver de nuevo algo de luz en ese minimo espacio en el que nos hemos envuelto con las vacias latas de conservas podridas. Veo a la serpiente levantarse amenazadora en el camino y en lentos movimientos avanzar hacia mi cara, segundos antes de destrozarla con sus envenenados colmillos. El terror me invade y la luna de mi techo gotea sangre, el anima que movia las manecillas del reloj envolvio su manto negro entre su incorporea piel y abandono mis aposentos con un grito de guerra, iniciando una sadica lucha con la sabia que emana del arbol de la vida.
Ahorro pequeñas pepitas de naranja para pagar con ellas mi entrada al cielo, mis monedas de oro se perdieron en la apuesta con Lucifer, en aquella contienda de violines que tendrian como ganador al que tocara la melodia que Erick no pudo. Mi pecado, caer a los pies del tentador y entregar mi tesoro, como si fueran gotas de agua que escurren en manos del asesino mezcladas con agua.
Vacio en el pequeño firmamento que tengo en la caja donde sigo encerrado, tras caer al suelo desde los peldaños superiores, vi la vampirica convertirse en polvo. Aunque el unico ser quemerce ser quemado es este cuerpo fisico, mi alma espiritual aun se mantiene aderida a ese corazon que niega a consumirse entre las llamas, mas alla, entre los cadaveres de ratas y cucarachas, encontre el manuscrito que delataba a Cain como inocente de las atrocidades de su hermano. Escuche el canto de una pequeña estrella que se consumia en una llama ajena y a la vez mia. Una mano escribio a un costado de mi pared "te veo del otro lado, si es que lo hay". Los rostros entristecidos por el mutis que conservan los miembros que aun creo mios, me muestran mi propio desden al ver hacia el suelo de la caja y mostrarme que he consumido la vela que ilumino mi existencia.
A donde fueron aquellas sutiles tardes acompañadas de caramelo y chocolate? ¿donde se perdieron aquellas mañanas que crecieron siguiendo al sol? ¿por que se fueron los gemidos entre las paredes a esconderse en los rincones de mis dedos? ¿por que no dejo de pensar en ese ser oscuro que bebio mi sangre?
Aun me espera la silla en el techo junto al pararayos, aguardando mi llegada para asi vaciar la vasija que contiene mi esencia en las llamas.
He lanzado al aire los dados, la apuesta recayo en la peor de los numeros...
Cobarde me declaro.
Hace 11 años

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